Dormir para crecer

¿Tiene sentido dormir para crecer? En este artículo te contamos cual es la respuesta al interrogante desde el punto de vista hormonal.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Muchos dichos de las abuelas e incluso de nuestros padres, forman lo que podríamos llamar como nuestra «cultura cotidiana». Y es entonces cuando solemos preguntarnos si tienen algún fundamento ó si son solo caprichos que fuimos heredando e incorporando como mensajes impuestos, pero que jamás hemos analizado con racionalidad.

En las líneas que siguen vamos a hablar de eso que quizás alguna vez escuchamos decir a padres ó abuelos a sus hijos, nietos e incluso quizás, nos lo han dicho en alguna oportunidad: “Vete a dormir que tienes que crecer!”.

Los padres suelen preocupase porque sus hijos duerman muchas horas y sobre todo, sin interrupciones. Pero, es que acaso, además de que resulte saludable para el desarrollo emocional de un niño y la armonía hogareña ¿posee beneficios particulares para la salud de ellos?

A ver, recapitulemos…

Todos los seres humanos crecemos hasta aproximadamente los 20 años de edad, pero en la niñez lo hacemos especialmente rápido. Tanto, que los recién nacidos pueden triplicar su peso y duplicar su tamaño durante los primeros meses de vida. Todo este proceso está regulado por unas sustancias químicas generadas por nuestro cuerpo: las hormonas. Una de ellas es la denominada “hormona del crecimiento”.

La hormona del crecimiento (GH) permite que la piel, los huesos y muchas otras partes de nuestro cuerpo crezcan poco a poco. Actúa sobre muchos tejidos del organismo, influyendo sobre el desarrollo de células y tejidos, y modulando el metabolismo de las proteínas.

Así, sin que nos demos cuenta, en la niñez y adolescencia crecemos durante las 24 horas del día gracias la acción de la hormona del crecimiento. En estas etapas de nuestra vida, a pesar de que nuestro cuerpo produce la hormona durante todo el día, habrá un momento particular del mismo en que la liberación de GH será máxima. Aproximadamente unos 50 minutos después de iniciado el sueño nocturno, nuestro cuerpo comenzará a secretar mucha más cantidad de hormona del crecimiento, en comparación con otros momentos del día. Y es aquí donde queda fundamentado el hecho de que el dormir nos hace crecer. Al haber en el torrente sanguíneo más cantidad de GH durante el sueño, su efecto será mayor, y creceremos más durante la noche que durante el día.

Si el sueño se interrumpe, la cantidad de hormona liberada volverá a ser pequeña. Y deberemos volver a dormir y esperar otros 50 minutos para que las cantidades liberadas sean nuevamente elevadas.

Es importante que los niños duerman sin interrupciones, porque cada vez que los despiertan su cuerpo dejará de producir esta hormona y su efecto sobre el crecimiento será menor. Sin embargo, el solo hecho de dormir, no hará que un niño crezca. Además del factor hormonal, existen otros factores que influyen en el crecimiento, como la alimentación, el ejercicio, el estrés y las características genéticas del individuo.

Por ende, en la niñez y adolescencia, realmente tiene sentido un apropiado descanso y unas cuantas horas de sueño ininterrumpidas, ya que favorecerán el adecuado crecimiento del cuerpo.

Bibliografía consultada:

-Takashi Y., Kipnis D. M. & Daugaday W. H (1968). Growth Hormone Secretion during Sleep. The Journal of Clinical Investigation; 47: 2079-2090.
-Hartman ML, Velhuis JD, Thorner MO. (1993). Normal control of growth hormone secretion . Horm Res 40:37-47.
-Van Cauter E, Leprout R, Plat L. (2000). Age-related changes in slow wave sleep and REM sleep and relationship with growth hormone and cortisol levels in healthy men.JAMA; 284:861-868.

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