Requisitos de una “buena” especie invasora

El éxito de una especie invasora, para establecerse en un área nueva, implica que el nicho ecológico apropiado para ella esté vacante.

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Las invasiones biológicas son una gran amenaza para la integridad de las comunidades naturales de plantas y animales, así como también para la preservación de las especies en peligro. El peligro que representan las especies exóticas invasoras de hábitats para la biodiversidad del planeta aumenta de forma exponencial con el comercio y la globalización. Según la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), después de la destrucción de los hábitats, la invasión biológica constituye la más grave amenaza para la diversidad.

En el presente período de la historia del mundo, la mezcla de cientos de especies biológicas, de diferentes partes de la Tierra, están produciendo profundos cambios en el equilibrio de las poblaciones naturales de plantas y animales. La introducción deliberada o accidental de una nueva especie por parte del hombre puede producir una explosión ecológica (incremento excesivo del número de individuos).

El éxito de una especie invasora, para establecerse en un área nueva, implica que el nicho ecológico apropiado para ella esté vacante.

Una determinada especie puede ser considerada como introducida (exótica) cuando la misma ha sido intencionalmente o accidentalmente transportada por el hombre a un área fuera de su rango de distribución geográfica natural y como una especie invasora, cuando la misma, una vez introducida, puede expandir su población (o rango de distribución) en la nueva situación geográfica sin necesidad de la intervención humana. Según la UICN, se consideran especies exóticas invasoras aquellas que se encuentran fuera de su hábitat natural y amenazan a la existencia de plantas y animales nativos.

Desde el punto de vista ecológico, se pueden distinguir distintos tipos de especies en relación con la actividad del hombre sobre la naturaleza:

Especie indígena (nativa ó autóctona): es propia del área en que se encuentra y no ha sido llevada allí por el hombre, sino que es originaria del área ó ha llegado por medios naturales a través del tiempo.

Especie introducida: es de origen exótico del área que ha invadido, llevada voluntaria ó accidentalmente por parte del hombre, en donde puede naturalizarse y perpetuarse en ella ó no alcanzar a establecerse en el nuevo medio y desaparecer con el tiempo.

Especie invasora: puede ser indígena ó exótica pero siempre de fuerte potencial biótico y ecológicamente plástica y rústica y de alto poder de acomodación, como para invadir y establecerse fácilmente en otras áreas y hacerse dominante, sobre todo si se favorece modificando artificialmente el medio. Generalmente son dañinas a la economía del hombre y pueden entonces convertirse en plagas ó malezas.

Especie plaga: es una especie vegetal ó animal invasora, que por su abundancia excesiva provoca daños ó perjuicios considerables para la salud ó la economía del hombre y, además, puede ser negativa para el equilibrio de las comunidades naturales.

Especie maleza: es una especie vegetal invasora que por su abundancia se hace dañina en comunidades simples, drásticamente alteradas por el hombre.

El éxito de una especie invasora, para establecerse en un área nueva, implica que el nicho ecológico apropiado para ella esté vacante. Si este nicho ya se encuentra ocupado, deberá tener suficiente potencial biótico (potencial de acomodación) para luchar y desalojar a la especie que lo ocupe, reemplazándola. A menudo puede reducir también la población y el número de otras especies nativas vinculadas estrechamente a la trama alimentaria de la reemplazada.

En general, las especies invasoras presentan una serie de características:

– son tolerantes a los cambios ambientales (resistentes),
– presentan alta tasa de reproducción que trae como consecuencia una masiva y rápida expansión, y
– son muy competitivas.

Hasta el momento la hipótesis más aceptada afirmaba que las especies invasoras de mayor éxito presentaban principalmente alta tasa reproductiva una vez que llegaban a un nuevo ambiente. Se creía que al aumentar el número inicial de individuos, la especie tenía más posibilidades de escapar de los peligros que amenazan las poblaciones pequeñas y de poder desarrollar así una población persistente. Sin embargo, un estudio publicado en el mes de agosto en la revista Science ha demostrado por primera vez que el proceso de invasión no depende tanto como se pensaba de la capacidad reproductiva de la especie, sino que, en la mayoría de los casos, depende más de características relacionadas con el estilo de vida y el comportamiento de la especie en el nuevo hábitat. Los autores del trabajo son miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y la Universidad Autónoma de Barcelona. Los investigadores ha descifrado las características del ciclo vital de una especie de ave invasora, la cotorra argentina o Myiopsitta monachus.

Cotorra argentina. De tamaño pequeño, plumaje verde brillante con las alas verdes azuladas.

Esta cotorra es originaria de Sudamérica, de la zona centro y sur. Las introducciones por parte del humano, al comprarla enjaulada y liberarla después, la han extendido por numerosos países de América del Norte y Europa. En la naturaleza vuelan en ruidosas bandadas a gran velocidad. Se ha introducido en España como mascota y compite y desplaza a las especies autóctonas como el mirlo (Turdus merula) y la urraca (Pica pica). En el año 2011 ha sido incorporada al Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, estando prohibida su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

Para este estudio el equipo de científicos recopiló información histórica de introducciones deliberadas o accidentales de aves en diferentes regiones del planeta. Se analizaron 2760 introducciones y se detectó que un 47% de las especies se había establecido con éxito. A través de modelos estadísticos, los investigadores detectaron patrones similares: las especies exóticas que se establecían con éxito no tenían una tasa de reproducción muy elevada, sino que repartían los eventos de reproducción en más intentos en lugar de apostar por pocos intentos muy productivos. Los autores demuestran en este trabajo que reproducirse muy rápido puede ser a priori favorable, pero esta capacidad se ve rápidamente contrarrestada. Una especie que solo se reproduce es “muy vulnerable” porque “no puede dedicar tiempo a conocer el nuevo entorno y buscar estrategias para adaptarse a las nuevas amenazas”, señalan.

Así pues, la investigación no invalida esta hipótesis mencionada sino que sugiere que el hecho de aumentar la población de forma muy rápida solo es ventajoso cuando la población inicial es muy pequeña y cuando los nuevos ambientes no son muy peligrosos.

El rol ecológico y el impacto de las especies invasoras sólo puede predecirse parcialmente a partir del conocimiento de su biología en el lugar de origen y de su rango de distribución natural. Con el fin de concienciar sobre la complejidad, importancia y consecuencia de las especies exóticas invasoras puedes acceder al informe de las 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del Mundo es una lista elaborada por el Grupo Especialista de Especies Invasoras (GEEI) de la Comisión de Supervivencia de Especies (CSE) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza(UICN).

Bibliografía consultada:

-Daniel Sol, Joan Maspons, Miquel Vall‐llosera, Ignasi Bartomeus, Gabriel E. García‐Peña, Josep Piñol, Robert P. Freckleton. “Unraveling the Life History of Successful Invaders. Science. DOI:10.1126/science.1221523, 3 de agosto de 2012.

-Ecology: from individuals to ecosystems / Michael Begon, Colin R. Townsend, John L. Harper.—4th ed.

-Carlton, J. T. y Geller, J. B. 1993. Ecological Roulette: the Global Transport of Nonindigenous Marine Organisms. Science 261: 78-82.

-Navas, J. R. 1987. Los vertebrados exóticos introducidos en la Argentina. Revista del Museo de Cs. Nat. Bernardino Rivadavia. Tomo XIV No 2: 7-37.

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