No son pocas las leyendas que cuentan que Adolf Hitler escapó al cerco ruso, se subió a bordo de un submarino nuclear y recaló en la Patagonia argentina. Pero de ahí a asociarlo con nuestra querida marcha de San Lorenzo es otra cosa…
¿Hitler murió en Berlín?
Al verse cercado por las tropas soviéticas y enterarse del ajusticiamiento de Benito Mussolini en Italia, el Führer decidió que él y su reciente esposa, Eva Braun, se suicidarían antes de caer en manos enemigas. La historia oficial dice que el 30 de abril de 1945 se encontraron los cuerpos sin vida de ambos. El de Hitler con un disparo en la cabeza y el de Eva con evidencias de envenenamiento por cianuro. Ambos fueron quemados, para evitar que los enemigos los expusieran como trofeo, y luego enterrados por los nazis. Las tropas rusas los desenterraron; pero dejaron, adrede o no, dudas sobre su identidad. A partir de allí comenzaron a circular numerosas leyendas sobre su supuesta supervivencia. Una de las más difundidas cuenta que Hitler huyó a Argentina y que se radicó en la Patagonia.
Los dientes del Führer
Luego de 23 años de finalizada la guerra, en 1968, los soviéticos revelaron detalles de la autopsia que le practicaron a los cadáveres semicalcinados desenterrados en Berlín.
Los rusos recuperaron del cuerpo masculino una tibia y parte del cráneo, incluidas las mandíbulas superior e inferior. En la superior se encontraron nueve dientes conectados por un puente de oro anclado por pasadores en los segundos dientes incisivos. De los 15 dientes de la mandíbula inferior, se verificó que 10 eran artificiales; solo eran naturales los incisivos y el primer premolar derecho. Estos datos concuerdan con los aportados por Hausermann, el asistente del dentista de Hitler.
Por su parte, el dentista Hugo Blaschke que fue capturado por las tropas norteamericanas, en su interrogatorio aportó información sobre los tratamientos realizados al Führer. Para ello usó una radiografía de cabeza de Hitler tomada en 1944, confirmando que los únicos dientes que no tenían reemplazo protésico total o parcial eran los cuatro incisivos y el primer premolar derecho de la mandíbula inferior. También describe los puentes y coronas de oro. Todos estos datos permitieron concluir que el cuerpo desenterrado por los rusos sí era el de Adolf.
La marcha de San Lorenzo
La marcha militar de “San Lorenzo” evoca la famosa batalla de 1813 en la ribera del río Paraná, donde las tropas del Gral. San Martín derrotaron a las fuerzas españolas que los superaban en número y en donde el soldado Cabral dio su vida por salvar la del Libertador.
El uruguayo Cayetano Silva, nieto de esclavos y radicado en Venado Tuerto, compuso la marcha en 1901 y envió la partitura al entonces ministro de guerra, Pablo Richieri, al que le gustó y ordenó ejecutar en un acto patrio en presencia del presidente Julio Argentino Roca. Fue recién en 1907 cuando Silva se la hizo escuchar a su amigo Carlos Benielli, quien le puso letra.
Gira mundial
Al ser considerada como uno de los himnos militares por excelencia, la marcha de «San Lorenzo» dio la vuelta al mundo. Fue usada en 1911 durante la coronación del Rey Jorge V y de la actual soberana del Reino Unido, Isabel II. También se interpretaba en los cambios de guardia en el palacio de Buckingham hasta el conflicto de las Islas Malvinas, en 1982.
Los nazis y la marcha de San Lorenzo
En un intercambio de regalos previo a la II Guerra Mundial, el ejército argentino entregó al alemán la marcha de «San Lorenzo» y éste le obsequió la marcha Alten Kamaraden (Viejos Camaradas, en castellano). Fue así como nuestra querida canción patria sonó en los Campos Elíseos en 1940 cuando Hitler ocupó París. Cuando esta ciudad fue liberada cinco años después por tropas aliadas, el Gral. Eisenhower ordenó su ejecución como señal de desagravio.
Total, que esta es la única asociación de Hitler con Argentina, ya que se comprobó que murió en Berlín en el año 1945.
Bibliografía consultada
-Buenos Aires Provincia. Efemérides. Marcha de San Lorenzo. Consultado el 16/02/2018.
-Sognnaes, R.F. and F. Ström (1973) The odontological indentification of Adolf Hitler. Definitive documentation by X-rays, interrogations and autopsy findings. Acta Odont. Scand. 31: 43-69.
Créditos foto de portada: Dick Thomas Johnson / Flickr.