Hoy en día, la contaminación por residuos plásticos es considerada un problema ambiental crítico y se identifica, junto con el cambio climático, como un contaminante emergente que podría afectar la salud humana y la diversidad biológica. Tal vez por esta razón, este tipo de polución se ha convertido en un “tema candente” relativamente bien abordado por científicos de todo el mundo. Sin embargo, y desafortunadamente, los esfuerzos se han concentrado en los ambientes marinos (playas, océanos y mares) descuidando aquellos dulceacuícolas (ríos, arroyos, lagos, lagunas, etc). De hecho, el crecimiento de la producción científica (medida en artículos publicados) relacionada a la contaminación plástica en ambientes marinos de todo el mundo supera más de cinco veces el de aquellos estudios en sistemas de agua dulce. Esta tendencia, a su vez, no tiene justificativo alguno desde un punto de vista ambiental ya que nada hace pensar que los desechos plásticos acumulados en ríos y lagunas no pongan en riesgo (también) la biodiversidad de estos ambientes, o no generen problemas para la salud humana, a través del consumo de agua potable y peces. A pesar de esto, el conocimiento científico sobre cuán contaminados están los ríos y lagunas y los eventuales impactos sobre su fauna y flora continúa siendo escaso, lo que revela la carencia de una visión holística por parte de aquellos gestores de la ciencia que debería rectificarse con celeridad.
Múltiples factores
En ese sentido, recientemente hemos publicado un estudio en la revista científica Water Research que ilustra claramente este punto. En este estudio advertimos que la poca información existente sobre la contaminación plástica en los sistemas fluviales de todo el mundo está dominada por múltiples factores tendenciosos, como por ejemplo el nivel de desarrollo de los países, y no por las necesidades y prioridades globales ambientales. Es así como la gran mayoría de los estudios tienen a Europa Occidental y Central y a América del Norte como escenarios de trabajo, y solo una minoría de estos trabajos científicos se han desarrollado en continentes como Asia, América del Sur y África. A primera vista, este nivel de disparidad no es sorprendente ya que los países más adelantados en ciencias, particularmente en ciencias ambientales, pertenecen a Europa y América del Norte. Sin embargo, este desequilibrio es particularmente significativo y preocupante desde un punto de vista medioambiental y social, puesto que la correcta recolección y procesamiento de los residuos sólidos –típicamente de origen urbano– todavía representa un enorme problema en muchas naciones de bajos-medios ingresos de Asia, América del Sur y África. El aumento de la población y la rápida urbanización han acelerado en gran medida la tasa de generación de desechos plásticos, mientras que el tratamiento, las alternativas de reciclaje, las rutas de recuperación y la disposición final siguen siendo deficientes.
Por otro lado, en el mismo estudio indicamos que el conocimiento científico actual sobre la temática también es limitado en relación a los ambientes fluviales que se han estudiado y aquellos que, injustificadamente, se han ignorado. En otras palabras, casi nada es lo que sabemos respecto de la cantidad de basura plástica que está siendo transportada por los ríos más caudalosos y contaminados del mundo. Sólo algunos modelos numéricos han aventurado cifras las cuales no han sido corroboradas a través de mediciones in situ. Se suma a este problema el hecho que la mayoría de estos grandes ríos contaminados se encuentran en países en vías de desarrollo. Asumiendo, como se supone, que estas enormes arterias continentales desempeñan un papel clave en el transporte de desechos plásticos hacia mares y océanos de todo el mundo, entonces con mayor criterio se hace necesario tomar medidas urgentes proteccionistas que tiendan a evitar el ingreso de contaminantes plásticos a los sistemas fluviales.
Especies fluviales en peligro
Otros hechos abonan la necesidad de replantear las prioridades científicas sobre esta problemática. Es así como se han registrado, a través de diversos estudios, cientos de especies de vertebrados marinos directamente afectados por los residuos plásticos. Muchas de ellos (focas, tortugas, tiburones, aves, entre otros) se encontraron enredados en restos de redes, líneas de pesca, bolsas plásticas y botellas, limitando sus posibilidades de alimentación y consecuente supervivencia. Se conoce que algunas otras especies ingieren accidentalmente partículas plásticas, obstruyendo sus tractos digestivos y llevándolas a la muerte. Se tiene registro de esto en mayor medida en peces y aves marinas. Sin embargo, y de forma sorprendente, pocos son los estudios similares pero en agua dulce, donde se confirma la peligrosa ingesta de plásticos por parte de aves y peces de río. Esto, inevitablemente, sugiere que numerosas especies fluviales podrían estar en peligro sin que las personas (comunidad científica incluida) siquiera lo adviertan.
En síntesis, se podría decir que el dónde y el cómo se llevan a cabo los estudios científicos sobre contaminación por plásticos en ecosistemas acuáticos continentales no se correlaciona necesariamente con los niveles de contaminación ni con las prioridades ambientales globales, como debería ocurrir. Además, pareciera ser que la elección, por aporte de científicos, de los ambientes y especies a estudiar está más relacionada con subjetividades e intereses individuales que con el contexto ambiental local o los niveles de contaminación regionales. Tales deficiencias probablemente resultan de las marcadas diferencias socio-económicas y políticas entre las naciones desarrolladas y aquellas en desarrollo.
No puede dejar de resaltarse la paradoja de esta coyuntura: por un lado aquellos países creadores del concepto de “descartable” (mayormente utensilios plásticos) y de una cultura excesivamente consumista mantienen a sus ríos menos contaminados que aquellos otros dónde tales conceptos no son tan evidentes. Revertir conceptos y procesos es responsabilidad de cada sociedad.
Fuentes:
Blettler M.C.M., Abrial E., Khan F.R., Sivri N., Espinola L.A. 2018. Freshwater plastic pollution: Recognizing research biases and identifying knowledge gaps. Water Research, 143:416-424. doi.org/10.1016/j.watres.2018.06.015
Foto portada: M. Blettler