Cuando la FIFA dio a conocer las ciudades y horarios en los que se jugarían los partidos de la Copa del Mundo 2014, la preocupación se apoderó de muchos de los directores técnicos y futbolistas, principalmente aquellos provenientes de países cuyos climas son muy diferentes al brasilero.
De los 64 partidos que se jugarán durante el Mundial, 24 de ellos comenzarán al mediodía, más precisamente a la 1.00 pm hora local. La cuestión está en que de las 12 ciudades sede, en seis de ellas (Manaos, Fortaleza, Cuiabá, Brasilia, Natal, Recife y Salvador) en ese horario las temperaturas podrían fácilmente superar los 30 ºC y, en general, habrá elevada humedad (Instituto Nacional de Meteorología –INMET).
La preocupación fue de tal magnitud que la Federación Nacional de Atletas Profesionales de Fútbol (FENAPAF) presentó una demanda contra la FIFA solicitando el cambio del horario de los 24 partidos que se disputarían a las 1 pm. A pesar de ello, la FIFA mantuvo su decisión.
Pero… ¿por qué esta preocupación? ¿Cómo las altas temperaturas y la humedad afectan el desempeño de los atletas? ¿Qué dice la ciencia al respecto? ¿Hay algo que los jugadores pueden hacer para prepararse para ellas?
Agua, calor y sudor
El agua es esencial para la vida, de eso no hay dudas; es la sustancia básica de todos los procesos metabólicos del cuerpo, representando desde el 75 % del peso corporal en los niños, al 55 % en los ancianos. Para poner en perspectiva su importancia recordemos que los seres humanos son capaces de vivir relativamente largos períodos sin ingerir alimentos pero no sin ingerir agua.
Bajo condiciones normales, es decir, cuando se ingieren adecuadamente líquidos, el contenido corporal de agua se mantiene constante. No es posible hacer acopio de agua en el cuerpo, pues cualquier exceso de la misma será excretado por los riñones. Por el contrario, si es posible que el cuerpo se deshidrate cuando se produce un desequilibrio entre la ingesta de líquido y las pérdidas de los mismos debido a diferentes situaciones.
Uno de los síntomas más característicos del ejercicio físico o la actividad deportiva es el sudor. La pérdida de agua corporal a través del sudor es un mecanismo de enfriamiento para mantener la temperatura corporal dentro de los valores normales (36,6 ± 0,5 ºC).
La transpiración depende, principalmente, de la temperatura y la humedad ambiental (HA), los niveles de actividad física y el tipo de ropa que se usa. El mantenimiento de la sudoración como mecanismo compensador requiere el aporte de líquidos e iones, fundamentalmente Cloruro (Cl-) y Sodio (Na+). En este mecanismo es determinante la humedad ambiental, puesto que una elevada HA evita la evaporación del sudor y, por tanto, el descenso de temperatura.
Si la cantidad de agua que se llega a perder por sudoración no es compensada con la ingesta de líquido, esto puede dar lugar a deshidratación, con un aumento concomitante de la temperatura corporal. Esto resulta además, en una pérdida de electrolitos así como también una reducción del volumen del plasma sanguíneo, lo que trae aparejado una disminución en el flujo sanguíneo. Por ende, se reducirá el transporte de sustratos y oxígeno hacia los músculos necesarios para la producción de energía y la eliminación de productos de desecho del metabolismo. Por tanto, la reposición de líquidos debe ser una de las principales preocupaciones de los preparadores físicos y de los deportistas.
Deshidratación y rendimiento deportivo
Durante eventos deportivos muy exigentes, no es raro que los atletas pierdan entre un 6 y un 10% de peso corporal como consecuencia de la sudoración, lo que conduce a la deshidratación si los fluidos no son repuestos. La deshidratación tiene diversas consecuencias fisiológicas, sobre todo dependiendo de su severidad.
Bajo niveles leves de deshidratación, quienes participan en la actividad física rigurosa experimentarán disminuciones en su desempeño: resistencia reducida, aumento de la fatiga, capacidad de termorregulación alterada, reducción de la motivación y percibirán mayor esfuerzo.
Comúnmente se ha reportado que el rendimiento físico de los atletas desmejora cuando el individuo se deshidrata tan poco como el 2 % de su peso, y que las pérdidas que exceden el 5 % del peso corporal pueden disminuir la capacidad de trabajo en aproximadamente un 30 %. También se acepta que el rendimiento cognitivo (claridad mental), el cual juerga un rol importante en el fútbol, también desmejora cuando están presentes la deshidratación y la hipertermia (elevación de la temperatura corporal). La deshidratación severa es potencialmente fatal.
¿Hay algo que los entrenadores puedan hacer para combatir las elevadas temperaturas y evitar que sus jugadores se deshidraten, con todas las consecuencias que eso implica?
Las respuestas científicas a las preguntas del calor
El manual de la FIFA sobre medicina del fútbol dice que los jugadores necesitan tres días como mínimo para aclimatarse al calor, siendo lo ideal de 14 a 21 días. Una vez que esto sucede, son capaces de enfriarse más rápidamente y perder menos minerales (electrolitos) a través del sudor.
Según otras fuentes científicas consultadas, con la exposición repetida a los ambientes calientes el cuerpo se adapta al estrés por calor, y el riesgo de padecimientos relacionados al mismo se reduce.
Con base en la evidencia, y en muchos casos consultando a científicos, parece que los equipos europeos hicieron todo lo posible para prepararse para las condiciones de la Copa del Mundo. Como ejemplo, Roy Hodgson -Director Técnico- y el campamento entero de Inglaterra han realizado el entrenamiento en distintos lugares del mundo en un esfuerzo para replicar las condiciones más cálidas de Manaos. Italia, por su parte, ha recurrido a la aclimatación utilizando saunas.
Otra vez la ciencia ayudó a afrontar situaciones que parecen estar muy alejadas del laboratorio, como es el caso de la preparación deportiva.
Bibliografía consultada:
– Costill D.L. and Saltin B. Factors limiting gastric emptying during rest and exercise. Journal of Applied Physiology, 37:679-683. 1974.
– Popkin BM, D’Anci KE, Rosenberg IH. Water, Hydration and Health. Nutr Rev. August ; 68(8): 439–458 . 2010
– Manual de la FIFA sobre medicina del fútbol.
– Necesidades Nutricionales de los atletas. Dr. Fred Brouns. 2001