Leyendo el ‘Libro de la Esperanza’ de Jane Goodall y Douglas Abrams, descubrí la historia del peral de Callery, un árbol que fue descubierto entre los escombros luego del colapso de las Torres gemelas producido por el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, en la ciudad de Nueva York.
Ante el terror, resiliencia de la naturaleza
El 11 de septiembre de 2001 cambió el mundo que yo conocía. Diecinueve terroristas secuestraron cuatro aviones comerciales y, en un ataque coordinado que convirtió los aviones en armas, volaron intencionalmente dos de los aviones contra las Torres Gemelas del World Trade Center, provocando su derrumbe. Estos ataques mataron a 2.977 personas y causaron la muerte de 441 socorristas. Fue un punto de inflexión en la historia de los Estados Unidos y la del mundo. Nada volvió a ser como antes.
Árbol encontrado en la Zona Cero (tomado del Libro de JG ‘El libro de la Esperanza’. Créditos: Michael Browne).
En octubre de 2001, se descubrió un árbol severamente dañado en la Zona Cero, con las raíces y ramas quemadas y rotas. Resultó un peral que fue retirado de los escombros y puesto al cuidado del Departamento de Parques y Recreación de la Ciudad de Nueva York.
El árbol había sobrevivido. En 2010, después de su recuperación y rehabilitación, el peral fue trasplantado a lo que hoy se conoce como el Monumento Nacional y Museo 11/9. Ramas nuevas y suaves se extendieron creando una demarcación visible entre el pasado y el presente del árbol. En la primavera, sus blancas flores rebozan de sus ramas.
El peral
Pyrus calleryana es un árbol originario de Corea y Japón, y se planta ampliamente en América del Norte por su abundancia de flores blancas de floración temprana y su forma de crecimiento en forma de jarrón. Es fácil de cultivar y se coloca ampliamente como árbol de calle. Sus hojas se vuelven doradas a moradas en otoño. Aunque rara vez produce frutos, se ha naturalizado en muchas áreas de América del Norte.
La madera de peral se encuentra entre las de textura más fina de todas las maderas frutales. Es muy apreciado para la fabricación de instrumentos de viento de madera, y la chapa de peral se utiliza en muebles finos.
La pera de Callery se ha utilizado como patrón para injertar cultivares de pera. Se introdujo por primera vez en los Estados Unidos en 1909 y su uso fue, en gran medida, para la investigación agrícola.
Hoy en día este árbol es un recordatorio vivo de resiliencia, supervivencia y renacimiento de la ciudad de Nueva York. Podemos pensar que es un símbolo de esperanza, tema en el que se enfoca Jane en su último libro que menciono al comienzo de estas líneas.
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