Muchos coincidirán en decir que actualmente nos encontramos en la “Era de la Información”. Antaño quedaron la Edad de Piedra o la de los Metales. Se antoja que reciban este nombre por haber supuesto en su momento la base tecnológica de las sociedades contemporáneas a este periodo.
En una mirada al pasado, podemos contemplar descubrimientos que han supuesto un gran salto tecnológico en la historia de la humanidad; un aumento en el bienestar de la especie humana y su capacidad para prosperar. Ejemplos de ello son el descubrimiento del fuego o la electricidad. En definitiva nuevos recursos que explotar y poner al servicio del ser humano.
Pero, hace tan solo unos escasos 150 años que se descubriera el recurso más importante hasta ahora conocido, el llamado oro negro. Es por ello que, quizás en el futuro los historiadores podrán o no coincidir en llamar a esta que vivimos, la “Edad del Petróleo”.
Transporte, comercio, alimentación, medicina, industria, tecnología o comunicación. El oro líquido tiñe de negro todo lo que toca. Combustibles, lubricantes, fertilizantes, fármacos, cosméticos, materiales de construcción o envases. La lista sería interminable.
A excepción de Nueva Guinea y algunas pequeñas Islas del Pacifico que son un anecdótico ejemplo de lugares en los que se prescinde de su uso, en el último siglo el petróleo se ha convertido en la principal materia prima utilizada en todo el mundo. Hablamos pues del recurso más codiciado en cualquier rincón del planeta. Un recurso capaz de alterar la estrategia geopolítica a nivel mundial. Un recurso por el que se forjan alianzas y enemistades por igual.
Como sabemos el petróleo procede del interior de la tierra, y es un hecho que su extracción resulta más problemática cada año que pasa. Se trata de un recurso no renovable, del que tenemos la certeza de que no puede durar eternamente, y aun así, no acabamos de ser plenamente conscientes de ello. En la actualidad, la demanda del “crudo” lejos de disminuir sigue en aumento. La información acerca de las reservas es confusa y se encuentra muy subordinada a la especulación. Aun así, expertos coinciden en decir que la ‘Era del Petróleo’ puede estar llegando a su fin. ¿20, 30, 40 años? Nadie lo sabe con exactitud.
Entender la importancia que pueden suponer las energías renovables tanto a un corto como a medio o largo plazo, pasa comprender la situación del sistema energético en la actualidad, que aun complementado por diversas fuentes de energía alternativa, sigue teniendo su fundamento en el oro negro.
Si te intriga el tema y te interesa saber un poco más, te recomiendo el documental “A Crude Awakening: The Oil Crash” dirigido por Basil Gelpke, Ray McCormack, Reto Caduff, en el cual, se analiza la actual dependencia del petróleo y las posibles consecuencias futuras de su paulatina desaparición.