Considerada una rareza biológica; con patas poderosas, escasa visión y plumas parecidas a pelos, les voy a hablar sobre un ave que no vuela pero que maravilla a quien quiera conocerla. Hablo del kiwi, el ave nacional emblemática de Nueva Zelanda.
Varias especies de kiwis
Habitante exclusivo de las islas de Oceanía, particularmente de Nueva Zelanda, el término kiwi es maorí, idioma del pueblo homónimo de linaje malayopolinesio que fuera el primero en colonizar estas islas, hace aproximadamente unos 1000 años. El kiwi es el símbolo nacional de Nueva Zelanda; de hecho, a los habitantes de las islas suele llamárseles cariñosamente kiwis.
No existe un único “tipo de kiwi”, sino varias especies distintas. Los taxónomos tuvieron sus diferencias sobre el número de especies a reconocer, y con qué nombres científicos exactamente, pero en la actualidad hay relativo consenso en que son cinco: el kiwi marrón de la isla norte (Apteryx mantelli), el grande moteado (Apteryx haastii), el marrón de la isla sur o Tokoeka (Apteryx australis), el Okarito o Rowi (Apteryx rowi) y el pequeño moteado (Aptéryx owenii). Este último fue nombrado en honor a Richard Owen, el biólogo inglés que le dio nombre al género «Apteryx «. Significa «sin ala» y deriva del griego clásico: a-, «sin» o «no» y pterux, «ala».
De todas las especies, solo el kiwi marrón es originario de la isla norte, las demás especies habitan en la isla sur y en algunas islas pequeñas.
Caminando por Gondwana
Los kiwis pertenecen a un grupo de aves no voladoras llamado ratites del cual también forman parte los avestruces y ñandúes, que habitan en Sudamérica, y emúes y casuarios, que habitan en Australia. Las aves elefante de Madagascar y las moas de Nueva Zelanda, dos grupos de aves extintas, pertenecían también a este grupo. Todas estas aves emparentadas e incapaces de volar habitan hoy en día lugares muy remotos y alejados geográficamente por lo que podríamos preguntarnos cómo llegaron allí sí, inicialmente, compartieron un lugar común. La respuesta es que llegaron «caminando» ya que el linaje de las ratites se remonta a una época anterior a la división en fragmentos continentales e islas del antiguo supercontinente conocido como Gondwana.
Nocturnas y reservadas
Los kiwis son aves robustas, con una altura de 50 cm. Las hembras pesan 30 % más que los machos, las primeras rondan de 2 a 4 kg, mientras que los machos de 1,4 a 3 kgs. El amplio espacio entre sus patas robustas con garras afiladas les da un paso ondulante divertido. No tienen colas externas y no vuelan. Las alas vestigiales, de entre 4 a 5 cm de largo, están completamente ocultas bajo el plumaje. Tienen un plumaje peludo con plumas parecidas a pelos y bigotes «de gato» en la cara y alrededor de la base del pico. Estos “bigotes” súper sensibles probablemente evolucionaron para ayudarles a sentir su camino en la oscuridad. El tipo de «pelaje» es en realidad una capa espesa de plumas tipo-pelo de color gris-marrón.
Del tamaño de una gallina pequeña, los kiwis son generalmente habitantes nocturnos del bosque. Durante el día duermen en madrigueras, troncos huecos o bajo una espesa vegetación, “escondiéndose” probablemente debido al hecho de que no vuelan y la oscuridad les ofrece seguridad frente a los depredadores. Por la noche, se alimentan de pequeños invertebrados, semillas, larvas y muchas variedades de gusanos. También pueden comer frutas, pequeños cangrejos, anguilas y anfibios.
Tienen un sentido de la vista poco desarrollado, pero su largo pico de sondeo les da un agudo sentido del olfato y del tacto. Se estima que ven menos de un metro por delante de ellos durante el día y cerca de dos metros en la noche, pudiendo “oler” la presa, en lugar de verla. El sentido del olfato está altamente desarrollado para buscar presas subterráneas. El pico largo (hasta 20 cm) de color gris pálido es único en el mundo de las aves con las fosas nasales situadas cerca de la punta. También tienen pozos sensoriales en la punta del pico, lo que les permite sentir las vibraciones de las presas que se mueven bajo tierra.
Suele decirse que se parecen más a un mamífero que a un ave, y un hecho que sostiene esta expresión, además del plumaje, es que tienen una temperatura corporal anormalmente baja para estar dentro del grupo de las aves.
Huevos gigantes y parejas de por vida
En el libro “El renuente Sr. Darwin: un retrato íntimo de Charles Darwin”, el autor David Quammen pinta al legendario científico como un hombre meticuloso, tímido y socialmente conservador que se aventura en ideas revolucionarias y peligrosas, incubadas por mucho tiempo y que compara con la larga y laboriosa gestación de un huevo de kiwi… ¿qué hay de cierto en esta comparación?
Una vez que un kiwi elige un compañero reproductor, el par permanece unido por vida. Después del apareamiento, una hembra pone uno o dos huevos en la vegetación, un tronco hueco o entre raíces de árboles. Un segundo huevo puede ser establecido hasta 30 días después del primero. Los huevos son enormes; pesan alrededor del 20% por ciento del peso corporal de la hembra, aproximadamente seis veces más grande que lo normal para un ave de su tamaño, lo que representa una de las mayores proporciones de peso huevo/cuerpo de cualquier ave. Como dato, la relación de peso del huevo de avestruz al cuerpo es del 2%.
El macho se hace cargo de su prole, incubando los huevos durante 70 a 85 días, que, por cierto, es el período de incubación más largo que experimenta cualquier ave. La eclosión, a diferencia de otras aves, puede tomar hasta tres días. Los polluelos están completamente emplumados cuando nacen y salen de la madriguera para alimentarse después de aproximadamente 5 días. Un detalle, las crías no son alimentadas por sus padres.
El kiwi juvenil masculino puede alcanzar la madurez sexual al año y medio y las hembras recién a los 3 a 5 años. Los kiwis son de larga vida dependiendo de la especie. Se han estimado de veinticinco a cincuenta años, pero aún no se conoce el tiempo de vida real del kiwi fuera del cautiverio.
Peleando para sobrevivir
Antes de la llegada de los humanos, alrededor del siglo XII, los únicos mamíferos endémicos de Nueva Zelanda eran tres especies de murciélagos, y los nichos ecológicos -que en otras partes del mundo estaban llenos de criaturas tan diversas como caballos, lobos y ratones- eran ocupados por aves. Con la llegada del hombre y la introducción de especies exóticas, el nicho ecológico del kiwi fue siendo ocupado por otras especies, y éste comenzó a ser depredado y desplazado. Si bien en 1921 se estableció su protección total, para entonces los kiwis ya habían sufrido de incesante caza para ser utilizados como comida y por sus plumas. Sumado a esto, la destrucción de su hábitat, producto de la deforestación continúa hizo que, de haber aparentemente millones de ejemplares en las islas, actualmente se estimen sólo 68.000. Hoy en día se enfrentan a depredadores hogareños entre los que se cuentan perros y gatos, y a especies exóticas como los hurones y armiños (Mustela erminea). Por ello, en la actualidad las 5 especies de kiwis están en peligro de extinción con diferentes niveles de gravedad.
Me siento afortunada de haber podido disfrutar, al menos unas horas, de estas maravillosas aves, aunque sea solo en cautiverio. Sus particularidades y sonidos me resultan únicos y jamás los olvidaré. Por eso, además de este pequeño texto, quiero compartir con ustedes el sonido de un macho y una hembra de kiwi marrón llamando a su pareja. Los audios fueron tomados de www.doc.govt.nz
Macho
Hembra
Ojalá que jamás tengamos que lamentar no poder volver a oírlos. Será una enorme pérdida para la biodiversidad planetaria.
Bibliografía y fuentes consultadas:
– eol.org
-Britannica Illustrated Science Library (2008).
-The encyclopedia of birds (2007). Edited by International Masters Publishers.
– kiwibird.co.nz
– kiwihouse.org.nz
– nzbirdsonline.org.nz
-David Quammen. El remiso Mr. Darwin: Un retrato íntimo de Charles Darwin y el desarrollo de la Teoría de la evolución. 2006.
-Chapter VII. Kiwi. Reid, Brian (et al.) p. 301-330. Biogeography and Ecology in New Zealand.